lunes, 23 de febrero de 2009

HISTORIA DE LA MEDICINA: UNA LECTURA PSICOANALÍTICA


(Cuadro: Higeia. Detalle de medicina de Gustav Klimt)

Guerra, un historiador médico, nos dice que la empresa de la medicina en el curso de los siglos ha sido mantener la salud, prevenir la enfermedad, rehabilitar, y sobre todo curar al enfermo. Sin embargo, por ser una ciencia en continua formación, las ideas sobre la estructura del cuerpo humano, las funciones normales y patológicas, los procesos que caracterizan las enfermedades y los tratamientos que conducen a restaurar la salud, han estado, y en realidad se encuentran en mutación permanente.
La historia de la medicina, para este autor, representa el proceso de integración de las ciencias médicas en el contexto de la historia general del hombre, de la cual es parte. Según la teoría en la que estemos, escribiremos una u otra historia.
Sarton, en 1941, señaló que la historia de la medicina no es la simple enumeración de descubrimientos y prioridades, sino una exposición del desarrollo del espíritu científico, la explicación de las reacciones humanas frente a la verdad, y la gradual liberación de nuestra mente de la oscuridad y el prejuicio.
Toda ciencia devela una verdad, termina con algunos prejuicios, y es sólo entre otros pensamientos científicos.
Rosen, otro historiador médico, en la misma época, plantea que el proceso de la historiografía médica es la narración del pasado explicada según una interpretación del presente, y resulta siempre historia contemporánea, aunque se ocupe de recoger hechos e ideas pretéritas, pues son los conceptos científicos de nuestro tiempo los que sirven de módulo para juzgar su valor.
Previamente a estos autores, Ranke (1824) exigía describir las cosas del pasado tal y como habían sucedido. Los hechos no pueden ser relatados tal cual sucedieron, el suceder es su relato. De ahí la importancia de la escritura en el campo de la psicosomática. Este relato histórico será un relato que pretende incluir el psicoanálisis.
No podemos decir qué transformaciones de la medicina actual podrían generar una nueva medicina, pero si podemos, desde la medicina actual ir leyendo los pasos que nos condujeron a la medicina psicosomática, cómo la medicina ha ido teniendo en cuenta lo psíquico, cómo lo ha incluido en la causación y evolución de la enfermedad, cómo ha pensado su tratamiento.
Guerra nos dice: no nos podemos olvidar que la medicina se ha ido desarrollando a la par que la historia del pensamiento. La influencia del positivismo de Comte es clara, él dijo que no era posible el progreso siguiendo la vía subjetiva, preferida hasta entonces en las disquisiciones filosóficas que habían dominado los estudios y la docencia histórica de la medicina. A su vez, el positivismo dio forma y método científico a la sociología, y mediante ella, el hombre, la enfermedad, su prevención y su curación comenzaron a estudiarse como manifestaciones de un conjunto social, en relación con las condiciones de trabajo, la higiene pública y los medios económicos. El hombre enfermo, que había sido considerado siempre individualmente empezó a estudiarse en grupo, las enfermedades fueron analizadas en relación con los salarios, el carácter laboral de la población, o el crecimiento urbano de la misma.
Aún aceptando sus limitaciones prácticas, cabe agregar que en esta tradición literaria de la medicina, en este relato histórico de la medicina, encontramos modelos vigentes de la práctica médica actual, pues en nuestro comportamiento frente al lecho del enfermo, seguimos básicamente las normas enunciadas por Hipócrates en el siglo IV a.C., procedemos con razonamientos fisiopatológicos similares a los de Galeno en el siglo II, relacionamos el síndrome clínico con las lesiones fisiopatológicas al igual que Morgagni en el siglo XVIII, etc. (Guerra).
Podríamos hacer varios cortes en este acercamiento a la historia de la medicina. Acercarnos por ejemplo al concepto de cuerpo en medicina, cómo se va construyendo este cuerpo en relación a la anatomía, después a la fisiología, y los aportes que puede hacer el psicoanálisis en tanto que introduce el cuerpo como pulsional, pensar cuáles han sido las líneas de pensamiento que en cada momento han producido la realidad de la medicina.
Comenzaremos por decir que en la historia de la medicina se podrían plantear dos extremos, la concepción mágico animista y la concepción lógico positivista.
En cuanto a la concepción mágico animista, Freud dice que tanto los niños como los hombres primitivos y los neuróticos creen en un fenómeno que se denomina omnipotencia del pensamiento. Se trata de una sobrevaloración de lo que nuestros pensamientos pueden hacer sobre el mundo exterior (la suposición de la posibilidad de transformación del mundo sólo con fantasearlo, sin mediar trabajo). Toda magia reposa en esta condición. También cabe incluir aquí la magia de la palabra. La omnipotencia del pensamiento expresó en su momento el orgullo de la humanidad por el desarrollo del lenguaje. Se le abrió al hombre el mundo de la intelectualidad, en el cual lograron preeminencia las ideas, los recuerdos y los procesos de raciocinio, en oposición a las actividades psíquicas menos elaboradas, cuyo contenido son las percepciones inmediatas de los órganos sensoriales. Ésta fue una de las etapas más importantes en el camino hacia la humanización del hombre. Se comienza a hablar de alma, espíritu, el espíritu es aire en movimiento (algo que no se ve y tiene sus efectos). Esto fue probablemente lo que inspiró el concepto de alma. Inicialmente se adjudicó este alma a todos los objetos del mundo, animados o no. A la ciencia le costó mucho des-animar una parte del universo y aún lo está haciendo.
La medicina lógico positivista aboga por admitir solamente los hechos recogidos por los sentidos en la observación y en el experimento, aspira a establecer de forma inequívoca la relación entre causa y efecto, a expresar su relación con un dato numérico y a enunciar, tras la repetición controlada del fenómeno, la ley que lo rige.
Entre ambos extremos, la concepción mágico animista y la concepción lógico positivista, hay un largo camino, que pasa por la medicina empírica.
La medicina que, por haber dejado su huella en documentos escritos, se considera histórica es la medicina que comienza en Mesopotamia. Toda la medicina anterior se considera prehistórica. Pero no debemos olvidar que sólo sabemos de la prehistoria por la escritura sobre la prehistoria, luego la medicina prehistórica es parte de la historia de la medicina.

(Del libro Medicina Psicosomática I. Cuestiones preliminares. Autoras: Dra. Pilar Rojas, Dra. Alejandra Menassa. Ed. Grupo Cero)

1 comentario:

Carlos Fernández del Ganso dijo...

ser médico toda una historia, toda un vida, toda pasión si se acompaña, como hace usted, de la escritura.