miércoles, 15 de diciembre de 2010

PENSAMIENTOS PARA LA VIDA


-     Ninguna locura es magistral, es decir, ninguna locura puede dejar ninguna enseñanza.

-       Ganar dinero, gastar dinero, son aspectos del mismo drama.

-        Alguien que termina dando su vida a cambio de dinero. En definitiva, un trabajador.


-      Vivir tranquilamente, también puede ser terrible.

-        Si no me pongo en el centro de la cuestión, no habrá cuestión.

-        Estar en desacuerdo con todo, también es una de las formas del suicidio.

-        Mucha ambición y poca capacidad de trabajo, es malo y enferma.

Del libro Aforismos y decires de Miguel Oscar Menassa

jueves, 14 de octubre de 2010

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE EL AMOR


(Escultura de Bernini. Rapto de Persépone a manos de Plutón)

ENTREVISTA A NORMA MENASSA PARA UNA CITA CON LA PALABRA T.V

Dra. Alejandra Menassa: Vamos a comenzar con una pregunta sencilla ¿Qué es el amor?
Dra. Norma Menassa: De sencilla, no tiene nada pero es una pregunta que se la hace todo el mundo. Si les digo que es sólo un sentimiento, estaría rebajando su categoría. En principio no lo podríamos abarcar con una definición general. El amor es lo que para cada uno es el amor. Es la manera en que cada uno lo va forjando día a día hasta llegar a descubrirlo y poder decir “Yo lo amo”. Incluye un doble trabajo, el mío de ir construyéndolo paso a paso hasta poder llegar a esa frase, y el trabajo de él o ella, que es todo lo que hicieron para hacerse amar. Todo lo que me dieron que era impensable para mí, porque yo no me lo podría haber dado, porque no lo tenía, porque no lo sabía. Vemos entonces que el amor no puede hacerse en soledad, siempre es de a dos. Es una voluntad humana que sólo se pone en juego con otro, y que siempre será una acción: dar y recibir. Y en ese dar y recibir se va armando una relación donde uno toma lo que el otro le da, y viceversa, es decir y esto es lo importante que no toma al otro, sino lo que el otro le da. Siempre está el don como intermediario y es así como con el amor surgen los inventos, como lo son las palabras de amor, que a veces no tienen ningún sentido, no dicen nada, sólo que en esas palabras inventadas viaja el “te quiero dar”.
Dra. Pilar Rojas: ¿Porqué necesitamos los humanos amar y ser amados?
Dra. Norma Menassa: Necesitamos amar y ser amados para mantener ese intercambio que no me deja solo, para tener esa otra posibilidad y para poder crecer, ya que es sólo con amor que aprendí a leer, a escribir, a trabajar, a escuchar, y a que me vengan del otro esas palabras que necesito y que me faltan. Hay una necesidad en cada ser de dar lo que a uno también le fue dado con amor, y hay una necesidad de ser amados, es decir, contactar con lo que de humano tiene el otro para sentir que estoy enlazado a una cadena de humanos que me antecede y me precede.
Dra. Alejandra Menassa: ¿Es lo mismo enamorarse que amar?
Dra. Norma Menassa: El enamoramiento no es el amor. El enamoramiento es ese flechazo de cupido que me deja impactada por ese golpe de la mirada donde soy invadida por la imagen del otro, pero que todavía no hemos iniciado una conversación. Es decir, todavía no nos conocemos, no sé de su bondad ni de su maldad, todavía no se efectuó esa transformación donde por amor abandono la hostilidad o esos impulsos agresivos que llevan a la destrucción y que todos tenemos.
El diamante en bruto del enamoramiento tiene que ser tallado y entrar en el camino de la tolerancia, de la comprensión, del aprendizaje, es decir que toda la pasión del enamoramiento se tiene que transformar en algo mas, tengo que llegar a convencerme de que no soy el dueño de la otra persona ni que ella es mi dueña, cosa que habla de una relación cerrada como un candado, sino llegar a pensar que lo propio no es el otro, que lo propio es mi misma pregunta: Si puedo amar y si puedo hacerme amar por otro.
Dra. Pilar Rojas: ¿Existe alguna relación entre el enamoramiento y la locura?
Dra. Norma Menassa: El enamoramiento es una pasión puesto que todavía le faltan las palabras. Pero si bien el enamoramiento tiene la fuerza de la pasión, también tiene sus defectos, esa impulsividad, esa pasión de apoderamiento. En tanto que pasión, o sea fuerza irracional, daría lugar a todos los actos apasionados que pueden llegar hasta el crimen y allí tenemos todos los dramas pasionales de la crónica periodística que son cercanos a la locura, en tanto se pierden los límites que son ese espacio necesario entre uno y el otro, que es el que evita el avasallamiento e impone el respeto. Y no hay verdadero amor sin respeto.
Dra. Alejandra Menassa: ¿El dicho popular que dice que el amor es ciego, tiene alguna base científica?
Dra. Norma Menassa: La frase “El amor es ciego”, se refiere a esa fascinación del enamoramiento, donde los ojos del amor son ciegos porque siempre enfocan una parcialidad, o bien los ojos, o las piernas, o las manos, o el cuerpo o una parte del cuerpo, es siempre al pié de una imagen donde el sujeto cae fascinado. Esto nos lleva a una etapa del desarrollo del humano, aquella inicial donde el mundo le entraba por los ojos. Dónde es sólo un pequeño ser recién nacido que recibe solo estímulos, impactos, pero que todavía no habla. No le puede poner palabras a lo que vio, todavía no conocemos su verdad. Con lo que él es de verdad todavía no tenemos contacto. Porque el ser humano no es sólo su figura, su cara, además es otra cosa, es un ser que piensa, que sufre, que ama, que odia, que se equivoca, que tiene sueños y aspiraciones y de eso poco se sabe con sólo la imagen, de eso se sabe porque lo dice, lo pone en palabras. De todo esto nos enteramos cuando hablamos. Que el amor es ciego, es porque no ve el alma. Pero a esa frase le puedo contestar con otra frase popular que dice: Hablando la gente se entiende.
Dra. Pilar Rojas: ¿El amor se presenta siempre como amor o se puede presentar encubierto por otros sentimientos?
Dra. Norma Menassa: El amor que no ha alcanzado la madurez, ese amor de la imagen, tiene como si fuese una balanza con dos platillos, en uno el amor y en el otro el odio. Es lo que se llama el amor ambivalente. Cosa que también está popularizada en la creencia de un disfraz del amor. Frases como “Porque te quiero te aporreo”, “Si tiene celos es porque te quiere”. Es aquí donde el amor es el equivalente de otros sentimientos. Cuando lo que pasa es que el verdadero amor siempre sabe que hacer con el odio o con los celos, los atempera, los transforma, los resuelve de alguna otra manera sin actuarlos.
Los celos nacen llevados por esa pasión de apoderamiento y cuando un tercero aparece en escena y es vivido como interponiéndose en la pareja, suele ser el tercero en discordia. Ella o El miran a otros o quieren a otros más que a mí. O ella es querida por otro y yo no, o no soy el único que la posee. Estos celos son normales y aparecen siempre que exista la posibilidad de que se abra ese candado de a dos. Pero también es su posibilidad de apertura.
Hay un sentimiento todavía más primitivo que los celos que es la envidia. En ésta el tercero todavía no cuenta, es anterior a su aparición y se puede formular como: “quiero tener lo que tu tienes, pero no para amarlo sino para destruirlo, para que no lo puedas volver a tener, para quitártelo, no para compartirlo. Quiero tu nuevo modelo de coche, y como no lo puedo tener, te lo rompo, te lo rayo, para que el deterioro te llegue a ti. La envidia se muestra generalmente como ataques, son ataques de envidia, uno se siente atacado.
Dra. Alejandra Menassa: ¿El amor es incondicional?
Dra. Norma Menassa: El amor cuando ha alcanzado su madurez pierde esa incondicionalidad que por ejemplo tenía el amor de una madre, esa que dice que es mi hijo aunque sea un delincuente, ese amor es un amor incondicional. Pero si hablamos de una relación que se va forjando con el trabajo de los dos, con lo que uno va haciendo para que el otro lo ame, el amor pierde esa forma incondicional porque si me maltratas yo no te quiero. A veces el amor tiene deformaciones donde lo que se busca no es el amor dado y retribuido sino lo que se busca es otro tipo de goce, se busca el sufrimiento y entonces la relación se transforma en otra cosa, ya no es una pareja amorosa que busca la felicidad en la vida de los dos, sino que se establece una relación de dominio de uno sobre el otro o un tipo de pacto donde el sufrimiento está en el medio, y es así como tenemos una relación sadomasoquista, por ejemplo, o cualquier otra forma que tome el desvío.
Dra. Pilar Rojas: ¿Es mas fácil amar o ser amado?
Dra. Norma Menassa: Más fácil es ser amado porque tiene menos exigencias, no le pide nada más que esté allí, que exista. Ser amado es lo primero que se instala, aún antes del nacimiento, en esa espera donde los padres comienzan por buscarle un nombre, donde le hablan, donde lo ilusionan. Es así que el niño pasa siempre por ese amor que viene de los padres y que lo va armando, que lo va constituyendo. El necesita ser amado para poder desarrollarse y crecer, es a partir de ese amor que el aprenderá a amar. Es decir que primero recibe el amor pasivamente, pero no puede quedarse en esa posición de recibir solamente porque la vida y la relación con los otros le va a pedir que también pueda devolver ese amor, que haga un intercambio. Por eso tiene que pasar a la actividad y comenzar a amar, no sólo para que el otro lo ame sino para poner en juego toda su potencia de actividad, y dar un paso más. Sentir que entró en el mundo de los grandes, donde se dan los grandes amores, y los pactos más fuertes.
Dra. Alejandra Menassa: ¿Hay amores fieles?
Dra. Norma Menassa: La fidelidad es una cuestión humana, y como humana tendría que ser una pregunta constante. Allí en la película que filmamos (¿Infidelidad?), se pone en la pantalla por ejemplo un tipo de amor donde detrás de lo que podría se tomado como una infidelidad, se juega la sólida fidelidad de una pareja. Lo fiel tiene que ver con el amor, lo infiel tiene que ver con el deseo, ese que busca siempre algo que lo complete sin jamás encontrarlo y es por eso que salta de un objeto a otro buscando ese encuentro que no se dará. El amor viene a calmar esa insatisfacción, y es el soporte de una relación que como soporte puede soportar esa inconstancia del deseo. Después claro que hay amores muy fieles, el amor del poeta por la poesía, el del artista por su arte, el del científico por la ciencia, y el del hombre por esa mujer que construyó y que a su vez hizo de él un hombre.
Dra. Pilar Rojas: ¿La imposibilidad de amar se cura con psicoanálisis.
Dra. Norma Menassa: La imposibilidad de amar es una de las consultas más frecuentes que llegan al psicoanalista. A través de un psicoanálisis, se le da la oportunidad al paciente de hacer ese pasaje que si bien se efectuó, tenemos que considerar que existe como un regreso a un momento del crecimiento de ese psiquismo, que se queda en la aprehensión del mundo por la mirada, cuando en su realidad tendría que haber dado un paso más, dejar el mundo de las cosas miradas y pasar a ponerle al mundo y a las cosas que lo rodean, sus palabras. Donde las cosas dejan de ser las cosas y pasan a ser lo que yo digo de las cosas.



miércoles, 22 de septiembre de 2010

PALABRAS QUE NOS ACOMPAÑAN: HOY UNA FRASE


Cuadro: La rama dorada. Turner


Tengo que decidirme a tomar algo del mundo, con todo el mundo nadie se puede quedar. Así que, tomo algo, y dejo el resto para los demás.


Miguel Oscar Menassa

martes, 31 de agosto de 2010

PSICOANÁLISIS Y MEDICINA: ARTRITIS REUMATOIDE


Cuadro: El dolor y la niebla de Miguel Oscar Menassa. (http://www.mongallery.org/)


La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad sistémica de etiología desconocida que se caracteriza por provocar inflamación crónica de las articulaciones diartrodiales (articulaciones movibles).
Aunque lo característico es la artritis, un 20-30% de los pacientes presentan además afectación de otros órganos (síntomas extra articulares), lo que le da un carácter de enfermedad sistémica. Los síntomas generales, como fiebre o astenia, suelen ser frecuentes. Puede haber anemia, afectación cardiaca, sobre todo en forma de pericarditis, afectación pulmonar como pleuritis o fibrosis pulmonar, afectación ocular de presentación diversa, afectación de arterias de mediano y pequeño calibre, nódulos reumatoides que serían “bultos” móviles que se localizan en las zonas de extensión de las articulaciones, etc.
La artritis se caracteriza por dolor, que empeora claramente con el reposo nocturno y se acompaña de rigidez matutina mantenida, tumefacción y grados variables de rubor y calor. La inflamación articular tras su inicio, y en ausencia de tratamiento, se suele mantener definitivamente, lo que le da a la enfermedad un carácter crónico.
Se trata además de una poliartritis, es decir que existe inflamación de más de 5 articulaciones. Podríamos decir que cualquier articulación, salvo las de la columna dorsal y lumbar, puede afectarse o inflamarse, aunque lo más frecuente es la afectación de las articulaciones de manos y pies. La afectación articular tiene la característica, además, de ser simétrica o tender a la simetría.
En resumen una artritis reumatoide sería una poliartritis crónica simétrica, que se acompaña en algunos pacientes de síntomas extra articulares.
Es una enfermedad de distribución universal que afecta al 0.8-1% de la población, siendo 2-3 veces más frecuente en mujeres que en hombres, y en ellas la progresión de la enfermedad más severa. Si bien puede aparecer a cualquier edad, su inicio suele situarse en las 4ª-6ª décadas de la vida, de tal forma que en sujetos entre 60-64 la incidencia es 6 veces mayor que en aquellos de entre 18-25 años.
El cuadro clínico puede comenzar siguiendo diversos patrones pero lo más característico es su inicio insidioso. Los pacientes notan molestias progresivas, a lo largo de semanas e incluso meses, siguiendo un patrón aditivo en el que se van añadiendo nuevas articulaciones a las ya inflamadas. Según va progresando la enfermedad va aumentando la simetría de la afectación articular hasta presentar la forma característica de poliatritis simétrica.
Se considera que hay pocas enfermedades en las que el paciente sufra tanto dolor y disconfort durante un periodo tan prolongado de tiempo, como en la AR.
Hemos dicho que es una enfermedad de etiología desconocida, es decir, no se sabe la causa que la produce. Está clasificada dentro de las enfermedades autoinmunes, en las que el sistema inmune reacciona contra el propio organismo. Habíamos visto que el sistema inmune era ese sistema constituido para la defensa del organismo y que, para el desempeño de esa función, era fundamental la capacidad de juicio, la capacidad de discernimiento.
El sistema inmune debe distinguir entre lo propio y lo ajeno, para atacar lo ajeno, defendiendo así lo propio. Esto se consigue trabajando para la tolerancia desde el principio del desarrollo del sistema inmune. El fenómeno de tolerancia consiste en el aprendizaje del reconocimiento de lo propio, y conlleva la destrucción de clones de linfocitos llamados autorreactivos, que pueden atacar al propio organismo. Este fenómeno está profundamente alterado en todas las enfermedades autoinmunes. Si antígeno es la sustancia extraña contra la cual reacciona el sistema inmune, en estas enfermedades, el antígeno está en las propias células del sujeto.
En estas enfermedades, dado que el antígeno no se puede eliminar, ya que pertenece al propio sujeto, se produce una inflamación mantenida que daña los tejidos.
En el caso de la artritis reumatoide, la inflamación mantenida en la articulación, produce una alteración de la membrana sinovial que deja de realizar su función, se destruye el cartílago, se dañan las estructuras que envuelven la cavidad articular e incluso se producen erosiones óseas. En último término, se produce una disminución del movimiento y una deformación de la articulación, también característica de la AR, que es una artritis deformante. A largo plazo las deformidades y el daño articular van a causar una limitación muy importante de la actividad y de las tareas que puede realizar el paciente, de tal modo que a los 6 años de evolución de la enfermedad un 25% de los pacientes con AR no pueden trabajar y a los 20 años desde el diagnóstico esta cifra de incapacidad laboral asciende al 50%.
Aunque sabemos que la auto inmunidad juega un papel importante en el desarrollo y el mantenimiento de la enfermedad no se sabe por qué se desencadena. Se piensa que en individuos predispuestos genéticamente actuaría un factor ambiental, que sería el factor desencadenante, por el que se iniciaría la secuencia anterior.
La implicación de factores genéticos en los mecanismos etiopatogénicos de la enfermedad se basan en estudios que demuestran una agregación familiar y una mayor concordancia o coexistencia de AR en parejas de gemelos homocigóticos (aquellos con la misma información genética) que en gemelos heterocigóticos (con diferente información genética).
En este sentido desde hace tiempo se ha visto que la AR se asocia con determinado antígeno HLA de clase II, el DR4, que aparecería más frecuentemente en pacientes con artritis reumatoide (70%- 75% frente al 25-30% de la población general) y que estaría más en relación con la gravedad y cronicidad de la enfermedad que con su inicio.
El hecho de que la AR sea 2-3 veces más frecuente en mujeres que en hombres, que en términos generales la enfermedad mejore e incluso entre en remisión durante el embarazo, volviendo a aparecer o a empeorar después, que sea más frecuente en nulíparas y que un embarazo temprano disminuya el riesgo de artritis reumatoide, plantea un posible papel de modulación inmunológica de las hormonas sexuales, que es desconocido. Podría ser que fuera así y eso podría explicar la mayor incidencia en mujeres y el cambio durante el embarazo, porque evidentemente hay un cambio hormonal, pero no explicaría que un embarazo temprano protegiera o que fuera más frecuente en nulíparas.
En un sujeto con predisposición genética algunos estímulos, entre los que siempre se ha barajado una posible infección, pondrían en marcha los mecanismos inmunológicos. Esta sospecha se basa en que algunas infecciones producen cuadros muy similares a la AR, aunque no se cronifican, que pacientes con artritis reumatoide presentan títulos más altos de anticuerpos contra ciertos gérmenes y que existen modelos de artritis experimental en ratas que desarrollan cuadros similares a la AR tras sensibilizarlas con extractos de Mycobacterium tuberculosis, aunque nunca se ha podido demostrar la implicación de ninguna infección.
Por último, en cuanto a la perpetuación de la enfermedad, se plantea la posibilidad de que el daño de los tejidos articulares ponga al descubierto una proteína que en condiciones normales no aparece en la circulación, por lo que no se habrían eliminado las células autorreactivas, pero esto tampoco explicaría por qué de la remisión espontánea que, aunque rara, existe.
Durante un tiempo la AR fue considerada como enfermedad psicosomática, de hecho formaba parte de las 7 enfermedades psicosomáticas descritas por la escuela de Chicago. Se describía asociada a una determinada personalidad psíquica y se la relacionaba con el estrés, ya que éste jugaba un papel decisivo en el desarrollo y en el curso evolutivo de la enfermedad. Algunos estudios parecían apoyar estos hechos que no fueron confirmados posteriormente.
Hasta los años 80 se describía la AR como una enfermedad relativamente benigna, de buen pronóstico y en la que los tratamientos disponibles evitan la invalidez en la mayoría de los enfermos. A partir de esta fecha, y como resultado de estudios de seguimiento a largo plazo, pasa a considerarse una enfermedad agresiva e incluso mortal. Un 60% de los pacientes presentan algún tipo de incapacidad funcional y en el 19% ésta es severa. Por otra parte se constató que la esperanza de vida en pacientes con AR es 5-10 años menor que en la población general. Si bien las complicaciones de la enfermedad o del tratamiento pueden causar la muerte, el 90% de los pacientes mueren por las mismas causas que la población general, es decir, mueren antes de lo mismo.
Esta discrepancia entre lo que se pensaba antes y lo que se piensa ahora de la enfermedad es llamativa. Parecería que los médicos no se dieron cuenta de lo que les pasaba a los enfermos. Pero hay que considerar que la AR se define como enfermedad crónica, por lo que el control total de la enfermedad se considera raro. Con esta concepción de la enfermedad pequeños cambios en la actividad pueden considerarse positivos, pero no por eso deja de haber una inflamación mantenida que a largo plazo daña la articulación. Es importante, por tanto, la manera de concebir la enfermedad.
También en este hecho el enfermo juega algún papel. Habíamos dicho que la AR es una de las enfermedades más dolorosas e invalidantes, pero los enfermos se “quejan poco”. Es relativamente frecuente que cuando el médico les pregunta cómo se encuentran, contesten con frases como “no estoy mal” o “algo mejor”, aunque esa mejoría sea mínima. Cuando se valora más determinadamente su capacidad para realizar las más diversas tareas como lavarse, vestirse, o trabajar, con frecuencia los resultados obtenidos no concuerdan con las respuestas de los pacientes, no están bien, pero no se quejan, al menos frente al médico, porque en muchas ocasiones cuando acuden acompañados de un familiar a la consulta éste apostilla “no, cuéntale lo que a mí me dices, cuéntale que te duele, que no puedes hacer…”.
Estos hechos contrastan con los 5 objetivos de salud que los pacientes dicen querer alcanzar, cuando se les pregunta sobre sus deseos con respecto a la enfermedad: verse libres de dolor y de otros síntomas físicos y psicológicos, no padecer efectos secundarios del tratamiento que tienen que recibir, mantener una función normal, conservar su solvencia económica y permanecer vivos tanto tiempo como sea posible. Es como si los pacientes no se dieran cuenta de su actitud con respecto a la enfermedad.
Ante los trabajos mencionados se replanteó la actitud terapéutica, con el propósito de disminuir la discapacidad a largo plazo. Si antes el tratamiento era escalonado, actualmente se tiende a utilizar tratamientos más agresivos de manera más precoz, pero dado que estos tratamientos no están exentos de efectos secundarios se ha tratado de determinar cuales serían los factores que pudieran predecir el curso de la enfermedad a largo plazo, en orden a reconocer qué pacientes van a seguir una mala evolución.
Aquí nuevamente aparecen los factores emocionales o psicológicos, que habían desaparecido en la enfermedad, hasta tal punto que hoy por hoy se estima que los trastornos psíquicos, muy frecuentes en los pacientes con AR, serían determinantes en su evolución, independientemente de la extensión o intensidad de la inflamación. El estrés y la ansiedad serían habituales y hasta en un 25% de los pacientes se reconoce la existencia de una depresión establecida.
Por último mencionar que el incumplimiento del tratamiento es una de las causas más importantes que empeora el pronóstico. Un 50% de los pacientes no hace correctamente el tratamiento o lo abandona. Las causas de abandono son múltiples, aunque sólo en el 5-10% de los casos se debe a efectos secundarios del tratamiento o a ineficacia del mismo, aunque también habría que decir de los efectos secundarios y de la ineficacia. El resto abandonaría el tratamiento por causas varias entre las que estarían: factores psicológicos, mejoría clínica aunque no remisión, sensación subjetiva de falta de eficacia que no es paralela a la observación médica, miedo a la existencia de efectos secundarios.
Se ha descrito de manera profusa, tanto que en la medicina ha surgido la Psiconeuroinmunología, la relación entre el sistema inmune y la patología psíquica. En la depresión y en la psicosis se han demostrado alteraciones del sistema inmune. También ha sido demostrada la influencia de la psicoterapia sobre el sistema inmunológico.
Se han realizado interesantes experiencias con largas series de pacientes, donde la psicoterapia no sólo mejoraba los síntomas psíquicos del paciente, como la depresión, el dolor, sino que en los pacientes tratados se demostró una menor progresión de la enfermedad. También se demostró esto en pacientes a los que se les invitó a hablar de su enfermedad y de los trastornos y limitaciones que les producía la misma, con ello se consiguió una mayor tolerancia al dolor y una disminución de las incapacidades.
Curiosamente, está descrito que la existencia de un episodio de depresión mayor previo al desarrollo de la artritis reumatoide, tiene influencia en cuanto a la capacidad funcional y la percepción del dolor, e incluso sobre la evolución de la enfermedad, empeorando el pronóstico.
La artritis reumatoide puede ser una enfermedad deformante: dedos en cuello de cisne o en boutoniere, en ráfaga cubital, deformidad en Z, subluxaciones. Se dice que la mano es la tarjeta de presentación del paciente con artritis reumatoide. El cuadro clínico está dominado por el dolor y por la incapacidad funcional.
En cuanto al dolor, sabemos que ningún dolor es sólo orgánico, hasta el dolor más fuerte disminuye, y llega a desaparecer, cuando el sujeto se distrae, cuando se ocupa en otra cosa. Hay múltiples ensayos clínicos dirigidos hacia esa cuestión, demostrando que la discapacidad de los enfermos, es decir, la imposibilidad de realizar por sí solos las tareas que le eran habituales antes de enfermar, no son explicables únicamente por su enfermedad, los factores psíquicos juegan un papel importante.
La verdadera enfermedad es la utilización que el paciente hace de su enfermedad, hay enfermos de artritis reumatoide que, a pesar de su dolor y sus deformidades, llevan una vida activa y hay otros, con un grado de afectación orgánica similar, que utilizan su enfermedad para no trabajar, para hacerse dependientes de otros. Por no poder aceptar la dependencia, por no poder aceptar que el otro semejante está desde el principio, que nacemos prematuros, que necesitamos de alguien que nos asista o morimos, por no aceptar que en ese sentido la libertad no está en no depender, porque eso es imposible, sino en elegir de qué se depende, que siempre se depende de algo, al final terminan dependiendo de esa manera tan manifiesta.
En la clínica se observa cómo hay algunos pacientes que, a pesar de quedar sin dolor con la medicación, se niegan a tomarla, como si hubiera un goce, inconsciente por supuesto, en el mantenimiento de ese dolor.
No podemos obviar que la artritis reumatoide, a pesar de ser una enfermedad autoinmune, tiene la característica peculiar de afectar al sistema motor, el sistema aquél que nos permite la modificación del mundo exterior. En La negación, de 1925, Freud nos dice que la negación es el principio del juicio, y que el juicio es lo que posibilita todo movimiento.
Recordemos el chiste del joven de veinte años que no habla, lo llevaban a los médicos, nadie era capaz de diagnosticarlo. El aparato fonador estaba indemne, no se entendía por qué no hablaba, y un buen día dijo: “Mamá, la sopa está fría”. La madre azorada le pregunta cómo era que no había hablado en todos esos años pudiendo hacerlo, a lo que él le contesta: “Es que estaba todo perfecto”. Como se trata de un chiste, y en la realidad no puede ser todo perfecto siempre, disponemos del sistema motor para modificar, con la palabra, con la escritura o con cualquier otro movimiento, aquello que no nos gusta. El primer no del niño es lo que le permite la deambulación.
Es curioso que en el sujeto que padece AR, que tiene alterada esta función de la motilidad, su sistema inmune tenga también alterado el juicio, no sepa discernir entre lo propio y lo ajeno. Además también se muestra aquí, en el fenómeno de tolerancia, la aceptación de los otros: es frente a los otros que, por no tolerar las diferencias, genera anticuerpos.
Por lo que contábamos anteriormente de la indefensión del ser humano, el otro es un lugar en nuestro aparato psíquico, es decir, nos relacionamos con los demás según nuestra concepción de lo que es relacionarse con los demás. Esto, que parece tan evidente, no es tan sencillo cuando pensamos que es la posición frente a aquellas primeras relaciones fundamentales, la posición frente al complejo de Edipo, lo que determina, no sólo las relaciones con los otros, no sólo el trato hacia los demás, sino también cómo se trata uno a sí mismo. Cuando no se tolera a los demás, tampoco puede uno tolerarse a sí mismo, exactamente por la misma razón. Lo más importante de uno, está fuera de uno.
La mayoría de las teorías etiológicas, sobre la artritis reumatoide, convienen en que un antígeno externo, produciría una respuesta inmune exagerada, pero esa respuesta inmune tendría lo que se ha dado en llamar reacción cruzada, es decir, que los anticuerpos que se tendrían que dedicar a acabar con el antígeno extraño, se dedican a atacar a las propias células del sujeto, porque tienen algo en común con el antígeno.
Si pensamos la alteración en la deambulación que existe en la artritis reumatoide como inhibición de una función, podemos recordar la frase de Freud en su artículo Inhibición, síntoma y angustia: Cuando andar significa pisar el cuerpo de la madre tierra, o escribir es dejar deslizar un fluido por un tubo sobre un papel blanco (eyacular), no puede uno andar ni escribir, es decir, todo lo que el sujeto no puede tiene que ver con la madre, o toda función fuertemente erogeneizada, no puede ser realizada por el sujeto.


CAPÍTULO VI DEL LIBRO PSICOANÁLISIS Y MEDICINA. Editorial Grupo Cero. 2001. Autoras: Dra. Pilar Rojas, Dra. Alejandra Menassa, Dra. Inés Barrio.

“Comienzo a psicoanalizarme, no para curar ninguna

herida pasada, sino para vivir mejor los años futuros.”

Miguel Oscar Menassa

miércoles, 18 de agosto de 2010

PSICOANÁLISIS Y VIDA COTIDIANA

Cuadro: Un torso femenino- escultura en yeso. Vicent Van Gogh


…/
El Psicoanálisis había arrancado, para siempre, una venda de los ojos de la humanidad.
La mujer, el hombre, antes del psicoanálisis, no sabían nada acerca de cómo se producían:
LA POESÍA
LA CIENCIA
EL AMOR
El pensamiento Inconsciente es, en el límite de su libertad, la POESÍA.
Un saber no sabido por el científico, lo lleva por el camino de la “Verdad”.
Y gajos arrancados de la Especie, sin representación psíquica para el sujeto, producen el amor.
Agradezco, como poeta, al Psicoanálisis, que la mujer, que tanto amo, pueda después del psicoanálisis preguntarse por su libertad, por su potencia creadora.
La poesía es, precisamente, el alma de lo femenino. Es por eso que el psicoanálisis posibilita que os preguntéis: ¿por qué lo femenino (tiempo de la poesía, residencia de la función poética) antes del psicoanálisis era más fácil para un hombre que para una mujer? y ¿por qué, ahora, después de la Interpretación Psicoanalítica, la mujer puede, si lo deseara, apropiarse de lo que le pertenece desde siempre, la Poesía?
Y hoy día lo sabemos, el hombre ya ha agotado sus posibilidades de liberación y si, aún, había alguna posibilidad de liberación para la mujer, es el psicoanálisis el que lo posibilita.
En 1900, Freud puede diferenciar con precisión y destreza, una mujer histérica de una mujer.
Esta diferencia permitirá a la mujer, sin ser histérica, decir que NO.
Determinar, a partir de la negación, su propio pensamiento Inconsciente.
Después de la Interpretación psicoanalítica, la mujer podrá ser una mujer sin pertenecer a ningún hombre.
La mujer producía en ese grado de libertad un camino propio hacia el poder, hacia la creación en general.
Agradezco como poeta, a Freud, por haber denunciado la “Doble Moral” masculina, por todos aceptada, como el instrumento más poderoso de dominación del hombre sobre la mujer.
Lo que el hombre conseguía con un simple desdoblamiento de su moral, a la mujer le costaba la enfermedad o el castigo.
Lo que al hombre le daba hasta cierto prestigio social, cuando ocurría en ella, sólo le servía para ser denigrada, aún, un poco más.
Ella misma dudaba de su moralidad cuando deseaba.
Es el psicoanálisis que nos dice: Hombre y mujer, articulados de manera compleja con ser padre y madre, constituyen la sexualidad de todo hombre, de toda mujer.
Todo lo humano puede producirse en Ella.
Ella puede producir cualquier humanidad y, ahora, después del psicoanálisis, lo sabe.

Del Libro Cartas a mi mujer de Miguel Oscar Menassa, Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010

viernes, 13 de agosto de 2010

TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO I


En toda obsesión hay dos elementos: 1º Una idea que se impone al enfermo. 2º un estado emotivo asociado tal como la duda, el remordimiento o la cólera.
En muchas obsesiones es evidente que el estado emotivo es lo principal, puesto que persiste inalterado, variando, en cambio, la idea a él asociada. Así, un sujeto puede presentar remordimientos varios: de haber robado, de haber maltratado a sus hermanos, de haber fabricado moneda falsa, etc. Igualmente, las personas que dudan, dudan de muchas cosas a la vez sucesivamente. El estado emotivo permanece en estos casos invariable, mutándose, en cambio, la idea. En otros es ésta también fija, como el caso de una joven que profesaba un odio incomprensible a todas las criadas de la casa, cambiando, no obstante, de persona.

El psicoanálisis es de gran utilidad para estos pacientes.

Si usted presenta uno de estos síntomas, es el momento de consultar a un psicoanalista.


“Comienzo a psicoanalizarme, no para curar ninguna

herida pasada, sino para vivir mejor los años futuros.”

Miguel Oscar Menassa

Continuará...

LA DEPRESIÓN



Aproximadamente el 15% de la población tiene en su vida al menos un episodio de depresión mayor. La depresión grave ocupa el quinto lugar entre las diez causas principales de enfermedad, y en algunos grupos de edad es la cuarta causa de muerte.
En el año 2001 la OMS (Organización Mundial de la Salud) edita un comunicado en el que advierte de la participación de la depresión en la etiología de un número importante de enfermedades orgánicas. Señala que la depresión es precursora de gran número de enfermedades orgánicas tales como cáncer, infarto, artritis reumatoide, etc.
La depresión se caracteriza psíquicamente por un estado de ánimo profundamente doloroso, la pérdida de interés por el mundo exterior y de la capacidad de amar, la inhibición de todas las funciones del yo (anorexia, insomnio...) y la disminución del amor propio. Esta disminución del amor propio se traduce en reproches y acusaciones continuas que el paciente se dirige a sí mismo.
Se produce siempre frente a una pérdida de objeto. La pérdida puede ser de una persona amada o de un ideal y es característico que sea inconsciente: el deprimido no sabe lo que ha perdido, o si se trata de una persona, no sabe lo que con ella ha perdido, es decir, lo que esa persona significaba para él. Sin embargo, no toda pérdida de objeto es seguida de una depresión, la reacción normal ante la pérdida es el duelo.
El mayor riesgo de estar deprimido, es la tendencia al suicidio que tienen estos pacientes, y que hace que éste sea un importante problema de salud. El 15% de los pacientes con depresión no tratada, se suicidan. El suicidio es responsable de más muertes al año que las producidas anualmente por el conjunto de todos los conflictos bélicos que asolan el planeta.
Pero además un paciente deprimido también puede cercenar su vida no sólo con los métodos por todos conocidos (como arrojarse al vacío o tomar pastillas) sino también mediante lo que podríamos llamar “suicidios encubiertos” ya que tiene mayor riesgo de sufrir enfermedades físicas que pueden ser mortales (por ejemplo, cardiopatía isquémica) y es más propenso a realizar conductas de riesgo (como fumar, mantener relaciones sexuales de riesgo, no cumplir los tratamientos médicos, etc.) que serían formas de suicidarse poco a poco.

El psicoanálisis es de gran utilidad para estos pacientes.

Si usted presenta uno de estos síntomas, es el momento de consultar a un psicoanalista.
“Comienzo a psicoanalizarme, no para curar ninguna
herida pasada, sino para vivir mejor los años futuros.”
Miguel Oscar Menassa

jueves, 12 de agosto de 2010

TRASTORNO POR ANSIEDAD GENERALIZADA

Cuadro: Los días gigantescos. René Magritte


En 1894 Freud describe un complejo de síntomas al que le da el nombre de neurosis de angustia (lo que hoy se conoce como trastorno por ansiedad) porque todos sus componentes pueden ser agrupados en torno a uno principal, que es la angustia. La aportación que se hace a la Psiquiatría con esta descripción es fundamental, ya que hasta entonces esta neurosis estaba incluida en una especie de cajón de sastre, junto con otros tantos padecimientos psíquicos. Poder aislarla y reconocerla, es el primer paso para su posible abordaje terapéutico.
La neurosis de angustia puede manifestarse de manera completa o con un desarrollo rudimentario (es decir, se puede producir la crisis de angustia completa o sólo alguno de sus componentes aislados: la taquicardia, la taquipnea, etc.), así mismo, puede aparecer aislada, como único padecimiento del paciente, o en combinación con otras neurosis, en cuyo caso hablamos de neurosis mixta.
El cuadro clínico tiene las siguientes características:
A) La excitabilidad general: surge siempre, y es teóricamente muy importante. Una elevada excitabilidad indica siempre acumulación de excitación o incapacidad de resistirla; esto es, acumulación absoluta o relativa de excitación. Dentro de esta elevada excitabilidad estaría por ejemplo la hiperestesia auditiva (una hipersensibilidad con respecto a los ruidos) que puede ser causa de insomnio.

B) La espera angustiosa: La espera angustiosa es el síntoma nodular, se trata de un “quantum” de angustia, libremente flotante, que se halla dispuesto en todo momento a enlazarse a cualquier idea.
Por ejemplo: La mujer que cada vez que oye toser a su marido, propenso a los catarros, piensa en la posibilidad de que contraiga una neumonía mortal, y ve en su imaginación pasar el entierro. O aquella otra que cuando al volver a casa ve un grupo de personas ante su puerta, piensa que alguno de sus hijos se ha caído desde un balcón, y si oye la sirena de una ambulancia, piensa que es algún ser querido el que va en ella. Todas estas ideas son del orden de la espera angustiosa. La espera angustiosa se da también mitigada en lo normal, es lo que llamamos ansiedad o tendencia a la visión pesimista de las cosas, pero en la neurosis de angustia, sobrepasa siempre el nivel normal.

C) Esta espera angustiosa, constantemente en acecho, puede también irrumpir de repente en la conciencia en forma de un ATAQUE DE ANGUSTIA o ATAQUE DE PÁNICO. El ataque puede consistir tan sólo en la sensación de angustia, sin ninguna otra representación asociada, o bien asociarse a la idea de muerte o locura o acompañarse de sensaciones físicas (lo que se llama cortejo sintomático de la angustia) tales como parestesias, palpitaciones, disnea, sudores, atracones de comida, etc. Con frecuencia en estos casos el paciente no menciona la sensación de angustia o alude ligeramente a ella, calificándola de malestar. La combinación de estos elementos en el ataque de angustia es infinitamente variable, y además cada uno de los síntomas puede constituir por sí solo un ataque de angustia y serían equivalentes del mismo. Es decir, el paciente no presenta sensación de angustia, sino uno de los síntomas concretos como: palpitaciones, perturbaciones de la respiración, ataques de sudor (a veces nocturno), ataques de bulimia, despeños diarreicos (diarrea abundante que se produce de manera abrupta), síntomas digestivos como sensaciones de náuseas y malestar, vértigo, etc.

D) Sobre la base de la espera angustiosa, por un lado, y por otro de la tendencia a los ataques de angustia y de vértigo, se desarrollan fobias típicas:
Fobias relacionadas con la locomoción (con el movimiento, con la deambulación). La más típica es la agorafobia (miedo a los espacios abiertos), que se precede con frecuencia de un ataque de vértigo sin angustia, que acontece en la calle. La locomoción en estos pacientes no se ve afectada excepto en determinadas condiciones, tales como la falta de un acompañante o el paso por calles estrechas, etc.

E) Varios de los síntomas citados que acompañan o representan al ataque de angustia, se presentan también en forma crónica, siendo entonces más difícil descubrirlos, ya que la sensación de angustia concomitante es menos precisa que en el ataque de angustia. Así sucede especialmente con la diarrea, el vértigo y las parestesias, la sensación duradera de cansancio, etc.

El psicoanálisis es de gran utilidad para estos pacientes.
Si usted presenta uno de estos síntomas, es el momento de consultar a un psicoanalista.
“Comienzo a psicoanalizarme, no para curar ninguna herida pasada, sino para vivir mejor los años futuros.”


Miguel Oscar Menassa

martes, 10 de agosto de 2010

¿QUÉ NOS PASA CON LOS CAMBIOS?

Turner: Claro de Luna

A los humanos los cambios siempre nos inquietan, como muestra el refrán: “Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”. Y no es que siempre nos cueste cambiar, a veces lo que nos cuesta es permanecer en una actividad, en una profesión, en un amor… A veces, cuando nos toca cambiar, quisiéramos permanecer en lo anterior, y cuando nos toca permanecer, nos aburrimos y queremos hacer algo original.
Nos resistimos a cambiar de personalidad, de manera de pensar. Decía Einstein que desintegrar un átomo es más fácil que acabar con un prejuicio. Nos negamos a abandonar antiguas ideas, o maneras de pensar que, en muchas ocasiones, hemos aprendido de nuestros padres. El humano es muy narcisista, cuando considera algo suyo, lo considera bueno sólo por ser suyo, y le cuesta mucho reconocer que es un error y transformarlo.
Es como si consideráramos que somos perfectos y que ya estamos hechos, que ya estamos “realizados” por utilizar una expresión común: “Me siento realizado, o realizada”… Lo único que nos permite seguir creciendo, seguir prosperando en el amor, en lo económico, en nuestras relaciones sociales, laborales, etc., es aceptar que no estamos “acabados”, valga el doble sentido de esta expresión, no estamos acabados de hacer, sino que estamos haciéndonos. Si no toleramos los cambios, frenamos nuestras posibilidades de crecimiento.
Hay situaciones humanas por las que atravesamos todos: la niñez, el paso a la adolescencia, el envejecimiento, la menopausia en las mujeres… y no todos los humanos reaccionan igual frente a esas situaciones inevitables, de hecho, a veces, por no aceptar algo propio de esas etapas, por no aceptar el cambio, en ocasiones se enferma.
Si tienes problema con los cambios es el momento de comenzar tu psicoanálisis.
Dra. Pilar Rojas.
Psicoanalista
pilar@pilarrojas.e.telefonica.net
696194259

viernes, 23 de julio de 2010

ALGUNOS "CONSEJOS" SON INTERPRETACIONES

La ninfa de las aguas. Herber James Draper


CONSEJO I
No te detengas
lo que nada lo puede
lo podrá tu amor
lo que no puede tu amor
lo podrá tu deseo.
Y si tu amor y tu deseo no pueden
el estallido debe haberse producido
seguramente en tu corazón, en tu cabeza.
Repliégate.
Húndete en el mar.

CONSEJO II
No hay que temer: el mar es para todos.
En marea alta dejarse llevar
no hacer movimientos contradictorios.
En marea baja dejar librado todo a la imaginación.

Es necesario que el mar
sea navegable en todos los casos.

CONSEJO III
Cuando llueve
hay que tener cuidado con los ángeles.
Suelen caer pesadamente sobre nosotros
cuando mojan sus alas.
No hay que tener piedad.
Uno solo de ellos
puede alegrarnos la vida para siempre.

Miguel Oscar Menassa, Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010
Del Libro Yo Pecador

domingo, 20 de junio de 2010

LOS SUEÑOS

Cuadro: Estudio para la disputa entre Oberón y Titania, de Joseph Noel Paton


El gran descubrimiento freudiano fue el de lo inconsciente, descubrir que suceden cosas en nosotros que nuestra conciencia ignora. Freud comienza a estudiar los sueños, pero los sueños no le interesan tanto como los mecanismos por los que se producen y en el “aparato” en el que se producen. Los sueños nos interesan, no en sí mismos, sino porque son la vía regia al inconsciente.
Freud descubrió primero que los síntomas patológicos de determinados pacientes poseían un sentido, descubrimiento que constituyó la base y el punto de partida del tratamiento psicoanalítico. En el curso de estos tratamientos observó que los enfermos incluían entre sus síntomas algunos de sus sueños, y esta inclusión fue lo que hizo suponer que estos sueños debían también poseer su sentido propio.
Podríamos decir que Freud escribe La interpretación de los sueños, para generalizar lo que había descubierto en los pacientes neuróticos sobre el funcionamiento del psiquismo. Porque sabía que le iban a objetar: eso que usted ha descubierto, le pasa sólo a los neuróticos. Y eso no era así, los mecanismos psíquicos son los mismos para los sanos y para los enfermos, lo que es diferente es el resultado, pero no los mecanismos.
Si quieres leer algo más sobre los sueños puedes leer el artículo de El País donde colaboro:
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2010/06/12/actualidad/1276293601_850215.html



miércoles, 16 de junio de 2010

ACERCA DE LO GRUPAL

Cuadro: Viejo y vieja tomando sopa. Francisco de Goya



Freud en 1920, en Psicología de las masas y análisis del yo, abre una nueva dimensión, un nuevo decir sobre lo grupal. Plantea que no hay diferencia entre la psicología individual y la psicología social o colectiva. Siendo, para Freud y para nosotros, la psicología individual, al mismo tiempo y desde el principio, psicología social. Esto es así porque el otro, como semejante, forma parte de cada uno ya sea como modelo, como auxiliar o como adversario. Esto quiere decir que todos y cada uno somos masa y somos individuos singulares.



Como grupo repetimos el primer grupo al cual pertenecimos: el grupo familiar y como masa repetimos la forma más primitiva de sociedad: la horda primitiva.



Y no es necesario integrarse en una aparente multitud para que se ponga en acto la psicología de las masas, pues sabemos que se puede hablar de colectividad de dos personas, baste como ejemplo la relación de los hijos con los padres, la relación con la persona amada, con los amigos.



Freud en el trabajo mencionado diferencia entre multitudes efímeras y duraderas, homogéneas, naturales y artificiales, además de sus posibles combinatorias. Sin embargo, la estructura que mantiene el vínculo y, también, lo que cohesiona es siempre lo mismo que denominamos estructura libidinal. Freud al producir la noción de libido subvierte la noción de sugestión y determina que es por el amor, por miedo a perder el amor, el amor de los otros, que el hombre llega a una cierta renuncia de sus propios deseos personales y su realización inmediata, siendo de esta manera el amor el medio por el cual el ser humano entra en la cultura.



Freud cuando nos habla de la identificación como una categoría estructurante, se detiene con la misma intención e importancia en tres modos de identificación o tres formas de enlace afectivo con «el otro» que producen transformaciones tales en el sujeto que constituyen, en él, lugares claves de su estructura: El Ideal del Yo, el objeto y el deseo.



Freud, también, nos aporta las patologías de la identificación. Todas las identificaciones van a ser posibles después del acontecimiento de la identificación primordial que produce la formación del Ideal del yo (que posibilitará todas las relaciones con el otro sexo, cuando el objeto amoroso ocupe el lugar del Ideal del yo) y la formación del yo (que posibilitará todas las relaciones con el mismo sexo que el sujeto, cuando el objeto amoroso ocupe el lugar del yo). La misma identificación que nos permite constituirnos como sujetos del deseo nos va a permitir, también, identificarnos al síntoma del otro, produciendo la estructura clínica de la histeria o bien aquella identificación que nos permite la identificación narcisística, también, nos permite identificarnos con el objeto perdido produciendo la estructura clínica de la melancolía.



En la identificación colectiva o en la grupal se ponen en juego los tres tipos de identificación y no por ello los elementos que forman el grupo pierden su individualidad, sino más bien, se multiplican las diferencias entre los integrantes ya que cada uno se identifica en grado diferente.



Pienso que en este momento de la conversación sería bueno remarcar que, sabiendo que el hombre no es un animal gregario sino un animal de horda, es decir, esclavos buscando amo, más que sed de libertad tenemos sed de ser dominados, por eso que en la mayoría de los casos fraternizar siempre acaba en disgregación, siempre en atentados contra la libertad. Por eso función primordial y, a veces, única del coordinador, es hacer entrar al grupo en la dialéctica del deseo inconsciente donde ningún amo es absoluto, ni siquiera la muerte, ya que la paradoja de lo imposible que plantea el deseo pone en cuestión toda armonía, toda circularidad, toda dependencia que no esté regida por el significante.



Ya que en el orden del significante no sólo la carencia del hombre es la misma que la carencia de la mujer, sino que la carencia del esclavo es la misma que la carencia del amo. En definitiva, para la dialéctica del deseo la propia poesía no pertenece a nadie, es decir, cualquier ser parlante puede caer en la ilusión de poseerla y esto puede resultar de suma importancia para el desarrollo de los talleres de poesía./…


Miguel Oscar Menassa. Del libro Freud y Lacan hablados 2

domingo, 2 de mayo de 2010

EN UNA SOCIEDAD JUSTA EL TRABAJO ES UN DON

Cuadro: Las espigadoras. Millet


EN UNA SOCIEDAD JUSTA,
EL TRABAJO ES UN DON
1
Y éste es el verso donde intentaré
dejaros la enseñanza más necesaria:
En una sociedad justa, el trabajo es un don:
una alegría, un bien, humano propiamente,
con el cual se puede modificar lo natural
la vida, los enjambres de sueños, el sol.
Con el trabajo
el hombre pudo volar sin alas
navegar por la mares sin conocer el mar.
Del árbol
estupefacto de sorpresa ante el hombre
pudo el trabajo arrancar una silla
y de la piedra las señales
que forjan el porvenir del hombre,
su casa,
sus monumentos,
su propia lápida.
2
Quiero que siempre llevéis a vuestro lado
la gubia, la garlopa, el martillo, la hoz,
esas frases que servirán hasta el final,
para limar, las asperezas de la muerte.
Y si alguien os preguntara, para qué tanto,
para qué tanta pasión puesta en el trabajo,
vosotros responderéis, con celeridad:
para nada, trabajamos para vivir la vida
trabajamos
para que en el humano mundo
haya señas de que nosotros estuvimos,
creando y trabajando,
tal vez, en este mundo,
que hicimos un trabajo para vivir,
para amar,
para congelar la propia mirada de la muerte
hicimos un trabajo y escribimos un verso.

Miguel Oscar Menassa
Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010

martes, 20 de abril de 2010

ACERCA DE LA DIFUSIÓN Y TRANSMISIÓN DEL PSICOANÁLISIS

Cuadro: La resurrección. Miguel Menassa


Hoy cumplo 69 años y cuando cumplo años escribo algún poema, alguna tontería. Hoy no tengo ganas de escribir nada.
Siento la necesidad de tener que elegir cómo quiero vivir mi tercera edad.
Según los ejemplos que tengo (mi abuelo Antonio, Bajarlía, Borges, Leopoldo de Luis, Rafael Alberti), mi tercera edad puede prolongarse de los 69 a los 99 años.
Es decir, tengo que poder planificar, al menos, 30 años o me obligarán a vivir una vejez mediocre, contando el dinero que no se tiene, sin ilusiones y dispuesto a morir.
A mí me gustaría seguir cumpliendo con mis obligaciones hasta el día de mi muerte, se trate de dinero, de sexo o de poesía.
El dinero, ganarlo o hacerlo ganar es lo mismo. El sexo, gozar o ver gozar es lo mismo. Y en cuanto a la poesía, escribir o leer lo que otros escriben es lo mismo.
El entusiasmo es lo que permite una prolongada tercera edad.
Lo que me cura y lo que me hace vivir más años, no son las cosas que hago sino el entusiasmo puesto en el quehacer.
Lo que no he perdido con los años es la pasión: por el trabajo, por las realizaciones, jugar al billar, estudiar, escribir, amar intensamente a una mujer, luchar contra la injusticia, contra la pobreza.
Los juegos de azar, aún me enloquecen como en mi juventud.
Y me enaltezco de haber tenido a mi lado en todas mis edades camaradas, hombres, mujeres que, más allá de las relaciones que tuviéramos, estábamos de acuerdo con algunas ideas, algunos conceptos.
No fueron siempre los mismos, pero siempre he tenido camaradas.
En el momento actual, hombres, mujeres (más mujeres que hombres), capacitados para dirigir con acierto la materialización de casi todos mis deseos juveniles.
. Editorial Grupo Cero.
. Escuela de Psicoanálisis
. Escuela de Poesía
. Talleres de Pintura
. Producciones cinematográficas (naciendo)
. Gestión emocional
. Medicina psicosomática
. Discográfica
Antes de morir me gustaría poder hacer que alguien o algunos, pusieran gran parte de sus fuerzas en difundir y transmitir el psicoanálisis.
No quiero (es una negación) entrar en complicaciones y adelanto que soy experto en el estudio de las estructuras complejas.
Trabajar de psicoanalista no tiene nada que ver con la difusión y la transmisión del psicoanálisis.
Cualquier médico, cualquier psicólogo, por haber cursado sus estudios con eficacia, están autorizados y, también por el Rey, a trabajar como médicos, como psicólogos. Curarán a muchas personas y salvarán vidas, cambiarán destinos, pero todo eso no tiene nada que ver con la difusión y transmisión del psicoanálisis.
Cada vez que alguien se ponga en la posición de maestro (de transmisor) sin estar convenientemente preparado. Y ni siquiera autorizado, se queda sin trabajo.
Los alumnos crecen, y los pacientes pagan para estar algo tranquilos. Un falso maestro no sabe escuchar y, además, en su falsedad, nunca estudia mucho y, encima, sin entusiasmo.
Por eso es que le cuesta mucho trabajo quedarse quieto o callado. Habla demasiado, siempre de sí mismo porque no tiene conocimiento de nada, entonces, habla de su infancia, de su madre, su padre, de un amigo de la madre, su mujer, su hombre actual, y el verdadero delito es, que pretende que toda esa porquería sirva como ejemplo de la teoría que, en realidad, desconoce.
Saber escuchar es fundamental, pero no se escucha con la oreja sino con el conocimiento, con el saber.
El falso (ahora) psicoanalista; se sabe de memoria miles de historias del paciente y de los familiares y es entonces cuando siente haber descubierto algo y comienza, primero a aconsejar a los pacientes en todos los rubros. Con el tiempo, el consejo se transforma en orden, en imposición. Él (por falta de psicoanálisis personal), cree que vive por encima de todas las cuestiones en plena libertad y ambiciona que todo el mundo, también sus clientes, paguen por eso.
También se queda sin trabajo, la mayoría se hacen periodistas, críticos de arte, de cine, o comentaristas de fútbol.
Los falsos maestros, los falsos cuidadores de la salud, son los más apasionados enemigos del psicoanálisis. No pudieron hacerse con el psicoanálisis, no pudieron dominar con sus neurosis el conocimiento psicoanalítico. Las uvas no están verdes, pero para casi todos fueron inalcanzables. Y no precisamente por la distancia, porque las uvas no están al alcance de ninguna mano y ninguna escalera. Las uvas están al alcance de las ideas, del conocimiento, del saber.
De la producción artística, de eso me gustaría hablar.
En todo proceso de creación se ve con facilidad que la creación (la producción en el arte en general), le debe en la misma proporción a su conciencia (manera de pensar estudios, técnicas, métodos, ideologías, racionalizaciones, etc) y al inconsciente (saber, fuerza creadora, capacidad de innovar y, sobre todo, al deseo que me lleva a realizar la obra).
Por lo tanto la formación en cualquier disciplina debería pensarse sobre dos carriles:
1.- El conocimiento: la universidad, los seminarios, lecturas grupales de la teoría.
2.- El saber inconsciente: Comienza a estructurarse como útil en el psicoanálisis personal del candidato. Y se consolida en el espacio de la supervisión y en los grupos de trabajo sobre la Clínica Psicoanalítica y su relación con los grupos, la familia, con la Medicina , con la Educación.
Cada conocimiento tiene su camino, su tiempo cronológico. Y hasta se puede alardear de tener un conocimiento sin perderlo.
El saber no tiene ningún camino y puede acontecer en el sujeto de un día para otro y actúa sobre la realidad (fuera cual fuera) transformándola de manera inconsciente para el sujeto.
El saber no se puede utilizar, ni poseer. Cuando se alardea del saber se pierde.
En el campo del cual hablo, la formación de psicoanalistas, el conocimiento puede construirlo el candidato.
El saber, en cambio, se construye en el psicoanálisis personal, las supervisiones, los tiempos clínicos, los encuentros con los colegas, sin querer convencer a nadie de nada y soportar con alegría que existan vidas y pensamientos diferentes a los míos.
El saber es comunitario y no se puede leer en lo que el sujeto dice, se ve en el trabajo terminado, en la obra construida, en los amores, en las amistades, en la forma de relacionarse con menores, iguales y mayores.
El conocimiento universitario nos coloca en el campo de la clínica y de la investigación, pero es tarea del saber inconsciente, saber cuando comenzar, cuando señalar, cuando interpretar y cuando terminar.
Valores que si no están firmemente construidos en el sujeto, hacen imposible el psicoanálisis, su práctica y, sin exagerar, la psicoterapia.
Tengo 69 años, y ya he comprendido que no se puede andar por ahí curando a los incurables que desprecian la cultura, la ciencia en general y creen que la realidad reside en su pobre cabecita atormentada.
Pero eso no es lo que me preocupa, lo que me preocupa es que si alguien me pide que lo forme, que le transmita algo de mi saber, diré siempre que sí a esa propuesta al menos hasta el día de mi muerte.
Después, claro está, la muerte no sirve para nada y no posibilita ninguna enseñanza.
Estos pensamientos son los que me llevan a comenzar un Seminario de Supervisión Clínica en Psicoanálisis abierto a todo el mundo pero pensado sobre los más jóvenes trabajadores de la Institución.
Y de lo que se trata es de enterarles de los caminos, los obstáculos, saber distinguir los obstáculos materiales de los imaginarios, y no se trata de que sigan ningún camino en especial, sino que tomen conciencia e inconsciencia de la existencia de otros caminos diferentes al suyo.

Miguel Oscar Menassa
Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010

miércoles, 17 de marzo de 2010

CURSO DE MEDICINA PSICOSOMÁTICA EN EL COLEGIO DE MÉDICOS DE MADRID

Cuadro: Venus del espejo. Diego Velázquez

Próximo comienzo

¿Quieres saber por qué mecanismos lo psíquico puede afectar al cuerpo?
"Curso de Introducción a la Medicina Psicosomática. Un enfoque psicoanalítico"
Acreditado con 1.2 créditos por la Comisión de Formación Continuada de las Profesiones Sanitarias. Para médicos colegiados. (Si quedan plazas se aceptan solicitudes de otros profesionales de la salud: psicólogos, odontólogos, fisioterapeutas, enfermeros...)

Precio: 50 euros. Duración: 9 horas (1.5h a la semana, 6 semanas)

Directoras del curso: Dra. Pilar Rojas y Dra. Alejandra Menassa.
1) OBJETIVOS:
Introducir al estudio y abordaje de los padecimientos psicosomáticos y de enfermedades orgánicas relacionadas con la depresión. Dada la escasa importancia que se le concede a los factores psíquicos en el desarrollo de enfermedades con implicación somática en los programas de la carrera de Medicina, nos parece aconsejable y muy útil una formación complementaria para médicos, así como para todos aquellos que deseen acercarse al conocimiento de los mecanismos psíquicos del enfermar, y adquirir nociones de Medicina Psicosomática.
2) METODOLOGÍA:
Material teórico-práctico de todas las unidades. Los alumnos podrán comunicarse con los docentes por correo electrónico.
3) PROGRAMA:
UNIDAD 1. Aproximaciones a la Medicina Psicosomática.
- Breve Historia de la Medicina. - Breve Historia de la Medicina Psicosomática. - Aportaciones del Psicoanálisis a la Medicina Psicosomática.- Delimitación del campo de lo psicosomático. Introducción al diagnóstico diferencial entre histeria, enfermedad orgánica y enfermedad psicosomática.
UNIDAD 2. ¿Qué es la depresión?
Nos acercaremos a esta patología, que es una de las más frecuentes en el momento actual y en algunos grupos de edad la cuarta causa de muerte. - Depresión. Etiología. - Relación con las enfermedades orgánicas. - Depresión y suicidio. La enfermedad mortal como suicidio encubierto.
UNIDAD 3. La depresión y los síntomas corporales.
La OMS, en el Informe sobre Salud del 2001, señala que la depresión es precursora de gran número de enfermedades orgánicas; cáncer, infarto, artritis reumatoide, etc. - Depresión enmascarada. Depresión con síntomas somáticos. - La depresión como precursora de la enfermedad orgánica. Un ejemplo clínico. El SIDA.
UNIDAD 4. La formación de síntomas.
Enfermar es un proceso. Se estudiará los síntomas orgánicos, funcionales y psicosomáticos haciendo referencia a los mecanismos implicados en su producción.
- Formación de síntomas en la histeria. - El fenómeno psicosomático y sus diferencias con el síntoma histérico. - Neurosis actuales y neurosis de transferencia. Sus implicaciones corporales. - La formación de síntomas en la depresión y en la enfermedad orgánica.
UNIDAD 5. Síntomas funcionales y síntomas orgánicos.
Se introducirá el concepto de somatización y su diferencia con las enfermedades orgánicas. - Síntomas funcionales. - Síntomas orgánicos. - Diagnóstico diferencial entre síntomas orgánicos y síntomas funcionales.
Información e inscripción:
Ilustre Colegio Oficial de Médicos de MadridC/ Santa Isabel nº 51, 28012 MADRID

Teléfono: 91 538 51 18

lunes, 11 de enero de 2010

EL POETA ESPAÑOL/ARGENTINO MIGUEL MENASSA ES PRESENTADO POR LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE ESCRITORES AL PREMIO NOBEL DE LITERATURA


ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE ARTISTAS Y ESCRITORES


Este año la IWA (Asociación Internacional de Artistas y Escritores) ha sugerido al poeta Miguel Oscar Menassa, de Argentina, para ser considerado como candidato para el Premio Nobel de Literatura para el 2010.

Miguel Menassa es Médico, Psicoanalista, poeta, pintor, editor, letrista de canciones, actor y productor de cine, escribe y dirige guiones cinematográficos. Publica desde 1961 y es fundador del Movimiento Científico Cultural Grupo Cero en 1971 y de la Editorial Grupo Cero en 1974. Su máximo aporte a la escritura es la conjunción Poesía y Psicoanálisis.