miércoles, 13 de abril de 2011

UNA FRASE PARA EL DÍA


Iniciar algo también es morir. Y si no se han hecho las cosas a fondo, podrá más la sangre que la palabra.
Sólo en el paroxismo de su ser humano, un hombre es palabras. El resto del tiempo: carne, excrementos, grandes pasiones de antiguo nivel. Hundido en esa pocilga, el "hombre" puede morir de cualquier cosa, hasta de rabia.
Para que la palabra transforme algo en alguien, debe acontecer engarzada en las más altas pasiones posibles para el hombre: el amor, la creación.

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