miércoles, 8 de julio de 2015

¿CRISIS DE PAREJA?


Cuando se cree que la ruptura de una relación afectiva es inminente, a veces, vemos aparecer sentimientos hostiles que hasta ese momento no se habían manifestado. Esto se debe a que casi todas las relaciones afectivas íntimas de alguna duración entre dos personas, dejan un depósito de sentimientos hostiles, que como en general no toleramos tenerlos, los reprimimos. Hasta entonces tu relación  era una relación amable, “amabas tiernamente” pero hay que tener en cuenta que este exceso de “cariño” aparece siempre en aquellos casos en los que junto al cariño predominante, existe una corriente contraria, inconsciente, de hostilidad, o sea siempre que nos hallamos ante un caso típico de ambivalencia afectiva. La hostilidad queda ahogada por un desmesurado incremento del cariño, el cual se manifiesta en forma de una angustiosa solicitud que puede hacerse obsesiva.
Pero no hay que huir ni arremeter. Lo mejor es aceptar la realidad que se ha producido, sin negarla. Implicarse: no echar la culpa al otro de lo que te ha sucedido, porque en cualquier relación que mantienes, sea del tipo que sea, tú también estás implicado. 
Pero tampoco hay que arremeter contra uno mismo, no se trata de buscar culpables sino de darse cuenta qué responsabilidad tienes en eso que te pasa. 
Es importante aprender a conversar, porque aunque creas que ya lo has hablado mil veces, en realidad no has comenzado una verdadera conversación, donde escuchar y ser escuchado, algo que facilita la escucha de un profesional, un psicoanalista, posibilita que se produzca una modificación. No es necesario separarse para cambiar.
Por eso si te has preguntado por el futuro de tu relación de pareja es el momento de consultar



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