miércoles, 1 de febrero de 2012

¿CÓMO PREVENIR ENFERMEDADES? Enfermedades orgánicas y depresión

                                                             Kandinsky. Composición VI

Son muchos los datos que relacionan depresión y enfermedad orgánica. En muchas enfermedades crónicas la prevalencia de depresión es claramente mayor de lo esperado. Por ejemplo, entre un 13 y un 17% de pacientes con artritis reumatoide presentan lo que la psiquiatría denomina depresión mayor, esto supone que la depresión es 2 ó 3 veces más común en pacientes con AR, que en la población general. En esta enfermedad concretamente la depresión se relacionaba con la presencia de dolor (la artritis reumatoide se caracteriza por la inflamación de las articulaciones y es muy dolorosa), y la depresión, por tanto, sería el resultado de la experiencia del dolor crónico.
No obstante con la aparición en la década de los años 80 de la Psiconeuroinmunología, ha renacido el interés médico por estudiar la relación entre síntomas psíquicos y enfermedad orgánica, qué papel juegan los síntomas psíquicos en la modulación de la función inmunológica, de la reacción inflamatoria o de la respuesta neuroendocrina que están implicadas en el desarrollo de todas las enfermedades. Es decir, se empieza a pensar que la depresión, no sería una consecuencia de la enfermedad orgánica si no que estaría en el origen de su desarrollo.
Hay un gran número de estudios que demuestran que en la depresión se produce un aumento de la producción de diversas sustancias que favorecen el desarrollo de reacciones inflamatorias, lo que puede jugar un papel importante en el comienzo y el curso de enfermedades como por ejemplo la cardiopatía isquémica, la osteoporosis, la artritis reumatoide, la diabetes mellitus tipo 2, la enfermedad de Alzheimer, ciertos procesos linfoproliferativos como el mieloma múltiple, los linfomas no Hodking o las leucemias linfáticas crónicas.
Por otra parte también la depresión provoca otras alteraciones inmunes que pueden tener consecuencias para la salud.
Como vemos en la depresión se producen  fenómenos de suma importancia en el desarrollo y evolución de enfermedades orgánicas.
Estos datos nos hablan del papel de la depresión en el desarrollo de la enfermedad y no de la depresión como reactiva a la enfermedad orgánica, que es lo que se ha venido pensando.
Tratar la depresión sería una manera de prevenir el desarrollo de enfermedades orgánicas y si éstas ya se han desarrollado el tratamiento de la depresión subyacente también sería importante para una mejor evolución o incluso curación de la enfermedad orgánica.

“Comienzo a psicoanalizarme, no para curar ninguna
herida pasada, sino para vivir mejor los años futuros.”



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